Buscar en el sitio


Contacto

elequipodewilson

E-mail: elequipodewilsontienecorazon@gmail.com

El guayabo de una extraña historia

02.08.2013 16:45

Una cita histórica después de una novela bellísima


Un 17 de Julio de 2013, el rojo bogotano debía asistir a uno de los partidos más importantes en La Nueva Historia. Día rarísimo. Hace un año había terminado una sequía de títulos que a algunos nos había cogido por sorpresa. Muchos ni siquiera creíamos que en tan solo unos meses tuviéramos la oportunidad de asistir a otra gran final del futbol colombiano.
La única razón por la cual sentíamos confianza de conseguir la octava, había sido la novela de La Copa Libertadores. Una novela bellísima de Santa Fe 2013 por todo el continente [1], que al final la suerte y el pito favoreció al rival en semifinales, lo cual no era raro para los que sabemos cómo funcionan las cosas para nosotros los del expreso querido. (Los que no entienden esto último, son los mismos que pensaron en su momento que el rojo era Colombia en la Libertadores, eso sí, hasta que un tal Miranda y otro Silva (de Olimpia), con sus goles, con dolor nos devolvieron al rojo para los que somos albirrojos, sin manillitas de Tomás y Jerónimo, ni banderas de la idiotez y su poco cuestionado nacionalismo.

La tarde parecía presentarse lluviosa aunque, como el título, no pasó de ser un amague.

 

El “mercadeo de la séptima” opacó la Octava?

Yo quería pensar en el número 8. Mi automóvil tiene los tres 8 en la placa, por lo que la ansiedad me llevó, junto a un viejo amigo, a ponerle una estrella en las placas (adelante y atrás). Recorrí la fila de la entrada a la tribuna Oriental, mientras pitaba, para que todos vieran mi “obra de arte”, un icopor cortado de afán, pintado con spray que lo absorbe y por poco lo diluye; quería tener un 8 en mi mente, ningún otro número.

Llegando a nuestro templo laico, escuché en la radio que el señor Daniel Samper daría autógrafos del “Volveremos volveremos”, libro que había sido escrito en honor a la consecución de la Séptima estrella. Al entrar al estadio, en la tribuna de oriental, varias modelos vendían el documental “7 días para la gloria” también  en homenaje a la victoria obtenida once meses atrás, “promos” que también había visto antes de salir de mi casa en un nuevo canal deportivo que se ve por servicio de cable.
Hace poco a Omar Pérez le preguntaban por el Santa Fe en una entrevista hecha en los días de la final 2013 por un “dentista”, si me permiten la expresión ochentera, a lo que el crack siempre recalcaba los 37 años de sequía hasta el 15 de julio de 2012 (Ya sabemooos, ya sabemooos). No más séptima Bochita. Alguien dijo: Más guayos, menos corbata.

 

Nuestros errores

Sentí una molestia profunda, porque muchos teníamos en nuestra cabeza la Octava, mientras algunos periodistas (que se ufanan de ser más santafereños que el ajiaco) y jugadores (que también se ufanan de garra y amor por la camiseta), se quedaron en el negocio y los réditos que sigue dejando el festejo de 2012, sin pensar que La Nueva Historia con Wilson Gutiérrez (el mejor, al que menos se le puede reprochar) la debemos seguir escribiendo, antes de que vuelvan paisas, yugoslavos y promiscuos del fútbol a nuestro Independiente Santafe.

Algunas preguntas que todavía me atormentan: ¿Cansancio? ¿Acaso cuánto gana y cuál es el trabajo de Esteban “Gesto”? ¿Dijo algo de todo esto? Que por lo menos salga haciendo muecas.
 

De la Copa Libertadores a la liga, "El desquite”

Después de jugar como los Dioses en Libertadores, ¿por qué el estadio se enmudecía por decenas de minutos en la final de la “Liga desquite”? (incluida la tribuna sur, aunque como siempre, en menor proporción al resto del Campin). ¿No aprendimos de Gremio, Olimpia y Minero que cuando TODO el estadio alienta de verdad (y no solo el porro-popó) se siente realmente la presión sobre el visitante? (siento yo que la presión la siente hasta el visitante por televisión; esos coros ensordecedores de Portoalegre, Asunción y Belo Horizonte).

 

El destino nos jugó una mala pasada
 


No solo el equipo se vio agotado, también la hinchada. Eso de “Santafe, el equipo con más partidos jugados en lo que va del año”, no es solo cuestión de piernas pa’ los jugadores, sino cabeza y garganta pa’ los hinchas, directivos, cuerpo técnico y jugadores: Jugada extraña nos hizo La Nueva Historia. Tan extraña como que después de 37 años haya sido un santafereño, de los auténticos, el elegido, que lo saca campeón después de más de un cuarto de siglo de intentos. Tan extraña como que el brillo de El Equipo de Wilson tenga a tantos canteranos pisando la canchas por todo el continente. Tan extraña como que en una noche de semifinal continental con un Distrito absolutamente Cardenal, el rival haya puesto suerte y el león fútbol, con esa furia que quisiéramos verle siempre y esperábamos verle 8 días después. (A decir verdad, debieron lanzar para el día de la final de liga un documental con nombre "8 días pa' pensar en la Octava después del sueño continental" en vez del que tiene en la portada a Copete.

Y por último, aquí no tenemos un Niembro que hable del inmerecido título de Nacional, que en buena parte de los cuadrangulares estuvo eliminado (Pasto, Tolima e Itaguí tuvieron opción hasta la última fecha). Pensábamos que por una clasificación tranquila y anticipada, la final de liga estaba más de nuestro lado, pero resulta que esa clasificación anticipada fue pensada para tranquilidad en Copa, no en liga. En fin, tengo el presentimiento que para los jugadores no fue fácil superar la eliminación contra Olimpia (aunque creímos que era más sencillo por lo que “El León murió de pie”.

 

Invitaciones/preguntas/conclusiones

¿Con esa brillante campaña en Libertadores, aprendimos de los otros equipos cómo se alienta a un equipo grande?
Así mismo, queda claro cómo Mineiro, y los cánticos incesantes de TODA su gente, remontaron dos veces un 2-0?
¿Es posible que dejemos “el mercadeo de la séptima” para las vacaciones?
¿Será que el discurso de Sandra Merino, asesora espiritual, también se encuentra agotado?

 

 

Y vamos los Leones!!!!!

 


[1] Razones: - Levantarse, prender la radio y escuchar en todos los diales las canciones de LGARS (por fín nos quitaron la etiqueta de “Juega mi Santafe… fa fa fa”) y cuando digo TODAS es en serio: Olímpica, Candela, La Z, Caracol Estéreo, etc, etc. - Ver cómo muchos se montaron al bus y después del partido en Asunción, era solo NUESTRA FE, eso creo que lo hizo más bonito. Los que hablan por hablar, sin ninguna profundidad, después de la derrota y consecuente eliminación en Bogotá en Semifinal continental, no entienden de futbol suramericano: Chivas, Vélez… La historia nos estaba diciendo algo.
- Se veía hinchas de otros equipos con un susto envidioso y una envidia asustada; al rojo no lo paró nunca nadie, excepto la mano de Dios paraguaya y un palo (de la misma nacionalidad), que quedará dentro de las historias raras de la extrañísima Libertadores (aclarando que ya he visto al rojo dos veces en altas instancias de Copa).

 

 


Haz tu página web gratis Webnode